(3182 visits) 03-07-2017 recretrust.com
La guerra por la liberación del Decano estaba en fase de trincheras. Golpeábamos cada vez más fuerte, pero el enemigo, aunque incapaz ya de defenderse, seguía teniendo el control de un Recre al que conducía al abismo.
No era suficiente con castigar al propietario, el objetivo era arrancárselo de las manos al “secuestrador” para poder poner en marcha un plan de salvación.
Las fechorías que se habían realizado durante la gestión de Gildoy España, con Pablo Comas a la cabeza, eran casi vox populi en Huelva -o al menos entre las personas que estaban mejor informadas sobre lo que pasaba en el Decano- pero nadie se arriesgaba a dar el paso. No les culpamos, ahora sabemos el sacrificio personal y como institución que supone querellarse por delitos de varios millones de euros, en un tema con tanta visibilidad como nuestro Decano. No era fácil.
La directiva del Trust, con la inestimable ayuda de muchos de nuestros voluntarios, conseguimos -mediante el estudio de las cuentas y auditorías de estas y la consulta con recreativistas con experiencia en temas legales (siempre tuvimos todas las puertas abiertas)- desenmarañar muchas de las cosas que nos parecieron turbias.
Llegó la hora de tomar una decisión al respecto. El club estaba siendo asesinado, había que llevar a los juzgados la situación del Recre, el estado de derecho debía proteger al Decano. En reunión de la Junta Directiva, con el voto a favor de casi todos los miembros de la directiva (hubo una abstención que se pidió se recogiese en acta, el miedo era mucho como es lógico), se decidió presentar a nuestra Asamblea de socios el texto con los delitos que debíamos denunciar para que esta decidiese si se interponía una querella.
Aquella Asamblea fue tensa, el debate muy abierto. Hubo socios que defendían que no se debía judicializar la situación del club. Hubo otros socios que pidieron a quienes defendían esto que explicasen sus razones (“si sabéis algo que el resto desconocemos, decidlo”). Hubo quien defendió que eso podría ser el fin del club. La directiva del Trust, por su parte, defendió la necesidad de, estando como estábamos en un país democrático, con separación de poderes y teniendo al poder judicial al alcance de la mano, no ir a denunciar lo que estimábamos que era la comisión de delitos con nuestro querido club como víctima de los mismos era faltar a nuestra filosofía.
Como siempre en nuestras asambleas, todas las opiniones fueron escuchadas, todas las posturas tuvieron libertad para dar sus razones y tratar de conseguir que la mayoría las apoyase, y tras más de dos horas de debate, la Asamblea votó a favor de presentar una querella en los juzgados. Sorpresivamente, hubo una mayoría enorme de votos a favor, pero a pesar de que se defendió el no, el resto de votos fueron abstenciones. Incluso los socios que no tenían claro el “sí”, tampoco tenían claro el “no”.
La guerra entraba en una fase mucho más virulenta. Fue la época en la que apareció Infotelwi y su oferta fantasma, sus negociaciones de “ya me viene pero no”, las reuniones en los pasillos del Nuevo Colombino en los descansos de los partidos… Y nosotros con varios frentes abiertos.
Pelea en los juzgados, y al mismo tiempo tratando de hacer ver al recreativismo que ese plan de comprar el Recre para pagar si subíamos a Segunda sonaba a delito societario. Sonaba a idea del propio Pablo Comas. Sonaba a lo de siempre.
El Juez Instructor puso la maquinaria a funcionar, y todo pareció saltar por los aires cuando decretó la fianza de medio millón de euros o el embargo de todas las acciones del Recre. Vendían que eso paralizó la “venta” del club a Infotelwi (todo es puesto en su lugar con el paso del tiempo, y aquello ahora se ve, desde esta la perspectiva, como lo que realmente fue). El comunicado de Infotelwi fue cómico: tenía varios párrafos alegrándose de la adquisición de las acciones y, en el último, se echaban atrás por la querella; como si se hubiesen enterado del posible embargo justo cuando redactaban la nota y en lugar de corregirla la escribiesen en presente. ¿Recuerdan?). El Ayuntamiento debía tener sus planes y aquello parecía que los desbarataba. El alcalde se pasó de frenada en sus declaraciones, pero en nuestras declaraciones y comunicados como asociación no se lo teníamos en cuenta. Sabíamos quiénes eran los nuestros y quienes eran nuestros enemigos; sabíamos que el ayuntamiento sería clave para la resolución de la situación del club. Seguimos hacia delante sin mirar a los lados.
Comas trató de convencernos a nosotros y al juez de que había vendido el club por 1 euro, y más tarde de que nos lo regalaba a nosotros. Sí, después de aquella Junta de Accionistas fallida, sonó el teléfono de uno de los directivos del Trust cuando estaban casi todos comentando lo ocurrido hacía escasos minutos, sentados en una mesa del Tiro Pichón. “Os regalo el club”, era Pablo Comas. “Nos vemos el Trust y Gildoy solos, lo hablamos, y el club es vuestro”. Volvía a tratar de enfollonarlo todo. Nuestra respuesta: “Solo hablamos con el propietario en la Junta de Accionistas, con todo el mundo delante. Allí puedes decirnos y ofrecer lo que creas oportuno”. Reunirse a escondidas con Comas, para intermediar, para hablar del tiempo, o para jugar a las cartas, o para almorzar no es algo que estuviera ni está en los planes de nadie con un mínimo de conocimiento de lo que ocurría y ocurre con el Recre.
La guerra en los juzgados siguió su curso. La lucha de un grupo de aficionados (muy bien organizados, eso sí) ha llevado, por primera vez en la historia de este país, al presidente y propietario de un club al borde de sentarse en el banquillo de los acusados. Difícil, si además recordamos que era miembro de la directiva de la RFEF. Esta querella le ha costado su cargo.
No es fácil, no es agradable, no se siente felicidad cuando los juzgados te van dando la razón. Lo que se siente es alivio, ya que te la estás jugando. Nos la estamos jugando por defender a nuestro club, sin recibir nada a cambio. Muchos mensajes de ánimo del recreativismo mayoritario y silencioso.
Esta querella, en algunos foros es denominada “la querella contra Pablo Comas”, pero no es ese su nombre. Su nombre real es “La querella del TRUST contra Pablo Comas”, porque en esto han estado solos los firmantes que representan a la Asociación (Edu, Jose, Roberto y Narciso); han estado solos los miembros pasados y presentes de la directiva; y han estado solos todos los socios del TRUST, los que votaron que sí y los que no lo hicieron, todos. En realidad no hemos estado solos, nos teníamos y nos tenemos a nosotros mismos y a nuestras familias. Echamos en falta a otros a nuestro lado (por fin El Ayuntamiento si se unió a la batalla, tarde pero lo hizo).
A los informadores que hablan con tanta facilidad de los 18 años de cárcel y no nombran a los que están detrás de eso con tanto trabajo y riesgo, queremos decirles que no es agradable pedir la privación de libertad para una persona, esto no es un juego. Queremos decirles que el mundo real, ese que se esconde detrás de las pantallas de vuestras redes sociales en los móviles y en los ordenadores, es muy duro. Os invitamos a que vengáis a dar un paseo por el lado salvaje, os podrá parecer un infierno una vez aquí, pero nosotros lo llamamos hogar.
21-09-2021 recretrust.com
05-06-2021 recretrust.com
02-06-2021 recretrust.com
06-11-2020 RecreTrust
10-07-2019 Recretrust
24-03-2019 Recretrust
26-02-2019 Recretrust
26-12-2018 Recretrust
09-11-2018 Recretrust
20-09-2018 Recretrust
27-06-2018 Recretrust
11-06-2018 Recretrust
05-06-2018 recretrust.com
17-05-2018 Recretrust
15-05-2018 Recretrust